Seis secretos para ser una pareja feliz

Desde muy pequeños casi todos aprendemos que lo "normal" es que encontremos a otra persona con la cual compartir nuestra vida y crear un proyecto de vida común. De tal modo que, independientemente de la preferencia sexual, es un hecho que todos buscamos a esa pareja ideal, a ese príncipe o princesa "azul" de los cuentos de hadas con quien "vivir siempre felices".

Desgraciadamente la realidad es bastante lejana a los cuentos de hadas y no es raro encontrar que muchas parejas establecidas, con o sin matrimonio, tengan muchos problemas e insatisfacciones principalmente derivados de conflictos en la dinámica de la relación de pareja. Muchas mujeres se sienten atrapadas en un remolino que no tiene ni pies ni cabeza; muchos hombres viven con amargura el peso de una relación que ha perdido la magia y el entusiasmo del principio.

El largo trabajo de terapeuta de parejas han permitido conocer muchos de los errores que casi todos cometemos y nos llevan a una vida en común insatisfactoria y desprovista de perspectivas. También han podido simplificar lo que llaman las seis reglas de una buena relación de pareja, pues pueden hacer la vida mucho más interesante para ambos:

Atracción física. Cuando iniciamos una relación, generalmente el primer elemento que nos atrae hacia la otra persona es su aspecto exterior. Curiosamente está entre las cosas que más tienden a descuidarse una vez que se establece la pareja. No es raro ver que "una vez atrapada la presa" dejamos de cuidarnos físicamente, engordamos, dejamos de rasurarnos o peinarnos, descuidamos nuestro vestido y apariencia, aparecen los tubos en el pelo o por la noche las cremas en la cara... Dejamos de tener el esmero que mostrábamos durante la fase del cortejo o del noviazgo. No importa cuánto tiempo tenga la pareja de establecida: es importante tratar de seguir siendo atractivos físicamente para la o el compañero.

Atracción intelectual. Este punto se refiere a la necesidad, muchas veces olvidada, de que a lo largo del tiempo se busque seguir teniendo intereses comunes. Muchas veces la casa, los hijos o la familia se convierten en lo único de lo que pueden hablar; se pierde todo aquello que durante la fase del noviazgo era pertinente sólo a los dos y consecuentemente ello lleva al tedio y a la falta de interés. Es necesario seguir compartiendo cosas exclusivas de los dos. Cuando novios era muy importante "poder estar solos", pasear tomados de la mano por un parque o sentarse en una banca o en un café por horas y horas hablando de los dos y de "esas cosas" exclusivamente nuestras.


Atracción afectiva. Para que una pareja subsista armoniosamente se requiere que exista un sentimiento hacia el otro. Puede dársele el nombre que se quiera, pero lo más común es hablar de amor. Es cierto que los filósofos y los escritores discuten mucho sobre el significado verdadero de este término tan utilizado por tantos y pocas veces concretado en cuanto a lo que quiere decir. Sin embargo, tratando de hacer las cosas sencillas podemos decir que en el seno de una pareja debe existir un sentimiento hacia el otro que se concrete en la frase: "tú a mí me importas". Ello implica que si me importas deseo tu bienestar, tu crecimiento, tu desarrollo, tu independencia y tu felicidad. Este es el verdadero amor en el seno de la pareja, y no el sentimiento posesivo y controlador que suele ser la regla.

Comunicación. Se refiere a que tratemos constantemente de que nuestros sentimientos y palabras sean entendidos por el otro, pero esto al mismo tiempo que hacemos un esfuerzo por entender los sentimientos y lo que el otro dice. Existen parejas que hablan mucho pero que realmente no se comunican, lo que suele ser muy dañino para la relación.

Empatía. Está estrechamente vinculada con lo anterior. Se refiere fundamentalmente a la capacidad para "ponernos en los zapatos del otro". Lo más común es que siempre veamos sólo nuestro punto de vista, sin embargo en la pareja es indispensable rebasar esta visión estrecha y tratar de entender el sentir y el motivo de las acciones del otro desde su propia vivencia y perspectiva. Un 90% de las discusiones y pleitos de una pareja pueden salvarse y convertirse en discusiones productivas. Entiéndase: empatizar no significa justificar, estar de acuerdo o ceder, simplemente se refiere a entender mejor al otro.

Respeto. Desgraciadamente existe la idea generalizada de que cuando se forma una pareja, ambos deben perder su individualidad y fusionarse "para ser uno solo", como se maneja popularmente. Nada más equivocado y dañino. Al unirse dos personas en una pareja siguen siendo personas e individuos, cada uno con sus propios intereses, necesidades, gustos y metas. Algo que generalmente le ocurre a las mujeres es que, al constituir una pareja, abandonan sus proyectos e intereses personales para subordinarse exclusivamente al otro. Es cierto que se han unido para un proyecto común, pero como individuos autónomos que queriéndose han decidido ir por la vida juntos (no arrastrados ni empujados o poseídos) para apoyarse y ayudarse.

TENÍA A MI HIJO EN MIS BRAZOS, Y MI ESPOSO ME GOLPEÓ


En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Tengo seis años de casada, una niña de cinco años y un niño de dos. Desde el primer año de matrimonio, mi esposo me ha golpeado por cualquier razón. Una vez lo hizo estando yo embarazada.

»Ya hemos hablado muchas veces de eso. Siempre me dice que va a cambiar, pero vuelve a lo mismo, y siempre mis hijos tienen que ver esto. He pensado dejarlo e irme con los niños, pero él siempre me convence de que va a cambiar. A raíz de esto, siento que ya no lo amo. Ya no quiero estar con él. No sé qué me pasa. Tal vez esto sea fruto de las agresiones que he recibido de su parte.

»Aun estamos juntos, pero nada ha cambiado. La última vez tenía a mi hijo en mis brazos, y me golpeó. Nuevamente prometió cambiar; pero me da miedo que la próxima vez ocurra algo peor. ¿Qué debo hacer?»

Este es el consejo que le dimos:

«Estimada amiga:

»¡Escogimos su caso esta semana porque su vida corre peligro! Ya no hay tiempo para que usted siga pensando en lo que debe hacer. ¡Es urgente que actúe ahora mismo! Tome a sus hijos y aléjese de ese hombre que ha demostrado una y otra vez que representa un peligro para usted y para ellos. ¡Hágalo hoy! No sabemos qué leyes rigen en su país, pero si es posible, obtenga una orden judicial que prohíba que su esposo se le acerque....

»Luego de explicarnos que ya no siente amor por su esposo, usted nos dijo: “No sé qué me pasa.” ¡Lo cierto es que a usted no le pasa nada! Dios les da a los seres humanos, y hasta a los animales, el instinto de conservación. Lo que usted siente es ese instinto. Y ese instinto le está gritando: “¡Yo no quiero seguir siendo lastimada! ¡Quiero protegerme y proteger a mis hijos indefensos! ¡Este hombre es peligroso!”...

»Estamos seguros de que este consejo la preocupará en cuanto al futuro y a lo que les sucederá a usted y a sus hijos sin su esposo. ¿Ha oído la historia verídica del joven David, que salió a pelear contra el gigante Goliat? Todos los demás tenían miedo de enfrentarse a Goliat, pero David le dijo: “Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso...”1 David no temía lo que fuera a ocurrir porque tenía una relación personal con Dios y sabía que Dios pelearía en su defensa.

»¿Tiene usted una relación personal con Dios? ¿Le ha pedido en oración que su Hijo Jesucristo entre a vivir en su corazón y sea su Salvador? De hacerlo así, Él no sólo salvará su alma del pecado, sino también la acompañará y peleará en su defensa en todos los momentos difíciles que le esperan. [Dios] quiere ser su mejor amigo, Aquel en quien puede confiar cuando se siente sola o tiene miedo. Quiere darle sabiduría para afrontar las difíciles decisiones que tiene por delante. Él le dará la ayuda y la fuerza necesarias para enfrentarse a los gigantes de su vida.

»Le deseamos paz y seguridad,

»Linda y Carlos Rey.»











Fui victima de abuso sexual

En este mensaje tratamos un caso que nos contó una mujer de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net. «Descargó allí su conciencia» a fin de aliviarla, y nos autorizó a que citáramos su caso a fin de que les sirviera de consuelo o de aliciente a quienes se identificaran con ella. Estas son sus palabras textuales:

«De niña fui víctima de abuso sexual por parte de mi padre y mi padrastro, y mi perfil ha sido siempre de baja autoestima y depresiva, sobre todo porque he intentado suicidarme y tengo la tendencia a hacerme daño a mí misma. Recuerdo que lo hago desde niña.... Me siento sucia por ello; me odio a mí misma.....

»He sufrido interminables noches de llanto y soledad por mi actuar....

»Considero que a nuestro Creador le ofende tanta inmundicia en mi ser.»

Este es el consejo que le dimos:

«Estimada amiga:

»Nos quebranta el corazón escuchar el dolor y el sufrimiento que usted ha experimentado. Pero sabemos que quebranta aún más el corazón de su Padre celestial.

»Se supone que cada padre protege y valora a sus hijos. En cambio, en el caso suyo tanto su padre como su padrastro hicieron todo lo contrario.... Las acciones de ellos le enseñaron a usted una mentira: que usted era prescindible y desechable. Pero lo cierto es que usted es una creación sin igual, hecha a imagen y semejanza de Dios y digna de ser amada, valorada y apreciada.

»Usted ha tenido muy baja autoestima porque ha basado su realidad en la mentira que ellos le enseñaron. Usted misma se ha hecho daño porque la mentira de ellos le hizo sentir que usted no merecía nada mejor. Todas las historias que usted misma se cuenta se basan en mentiras que los hechos de ellos le hicieron creer.

»¡Ya es hora de que le ponga fin al poder de esas mentiras en su vida!... La persona sucia no es usted. Ni es usted responsable de nada de lo que ellos le hicieron. Su Padre celestial sabe que usted era una niña inocente.

»¿Qué puede hacer usted ahora para dejar de creer esas mentiras?

»Le recomendamos que busque ayuda. Su Padre celestial está esperando a que usted le pida ayuda. Dígale que usted no quiere seguir teniendo esos pensamientos, sino que quiere que su Hijo Jesucristo entre en su corazón y la acompañe en cada paso que dé desde ahora en adelante. Pídale perdón por cualquier ofensa que usted haya cometido, pero no le pida que la perdone por las ofensas que han cometido otros. Eso es algo de lo que ellos tienen que arrepentirse....

»Arme una defensa para vencer las mentiras enemigas que ha creído, repitiendo los siguientes versos de los Salmos, dirigiéndose a su Padre celestial: «¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!»1 Esa es la verdad. Venza las mentiras con la verdad. Al principio, es posible que sean sólo palabras que no esté usted pronunciando de corazón. Pero a medida que las repite y medita en ellas, poco a poco reemplazará las mentiras con la verdad.

»Por último, consulte con su médico si continúa sufriendo la tentación de hacerse daño. La tentación en sí no es pecado. Pero la manera como respondemos a ella sí puede serlo. Es posible que las mentiras la hayan acompañado tanto tiempo que han causado ligeros cambios en las sustancias químicas de su cuerpo.

Padres sin niños y niños sin padres

Eran cinco parejas suecas. Cinco parejas de matrimonios jóvenes. Cinco parejas que, a pesar de provenir de distintos lugares y distintas capas sociales, llevaban un mismo rumbo y los guiaba una misma intención.
Estas cinco parejas de matrimonios sin hijos iban para Colombia, en un vuelo de Avianca, a fin de adoptar como hijos a cinco niños colombianos. Era pura casualidad que las cinco parejas tomaran el mismo vuelo. Cada pareja había esperado tres años para que llegara el ansiado momento.
Pero el destino dispuso otra cosa. El avión de Avianca se estrelló en las afueras del aeropuerto de Madrid el domingo 27 de noviembre de 1983. Las cinco parejas murieron en el accidente. Ellas quedaron para siempre sin hijos. Y cinco niños colombianos quedaron sin padres.
La vida está llena de planteos sin solución y de preguntas sin respuesta. Uno podría pensar: si estas cinco parejas de matrimonios jóvenes, ansiando tener un hijo adoptivo, hacían el sacrificio de volar de Suecia a Colombia, de invertir grandes sumas de dinero y de abrir su corazón generosamente a un niño extraño, ¿no debieron haber tenido un final mejor?
¿Por qué tuvieron que tomar precisamente ese avión fatal? ¿Por qué tuvieron que escoger precisamente ese día para volar, pudiendo volar en cualquier otro? ¿Por qué no adoptaron niños de Suecia, que hay muchos, y les habría salido más económico y más fácil, y no ir a buscar niños a Colombia, haciendo un viaje tan largo y con el resultado que tuvieron?
Podemos multiplicar los interrogantes hasta el infinito. Podemos dibujar un gesto amargo en la boca y protestar contra Dios, que es contra quien casi siempre protestamos. Aun podemos musitar una blasfemia.
Sin embargo, ninguna de esas reacciones demostraría sabiduría. No vale la pena enojarse contra hechos cuya razón profunda escapa a nuestros sentidos. Hay hechos incomprensibles, es cierto; hay sucesos que nos parecen terriblemente injustos, es verdad. Pero por encima de todas estas complejidades ingobernables de la vida, hay siempre un Dios de orden y justicia, y Él sabe por qué permite lo que permite.
La fe en un Dios que es Padre bondadoso nos ayuda, si no a entender el porqué de todas las desgracias que nos ocurren, a hallar la resignación, la fortaleza y el estímulo necesarios para seguir adelante. Más vale que invoquemos a Cristo en el momento de dolor incomprensible.

Por el Hermano Pablo

RESTAURACIÓN FAMILIAR Y DE HOGARES

La familia es la primera Institución Divina y la base fundamental de la sociedad, pues Dios no creo al hombre para vivir solo y aislado, sino que le dio una ayuda idónea ( génesis 2: 21-25); en las actuales condiciones de vida, la necesidad de un consejo es mas importante que nunca, ya que las tensiones de nuestra sociedad son tremendas , afectan a todos los hogares nadie esta exento, muchos serios problemas existen en la vida de las personas, el DIVORCIO afecta directamente un altísimo porcentaje de personas cada año, muchos de estos problemas son lo suficientemente serios como para desorganizar la forma de vida personalmente establecida.

La tercera parte de habitantes de una sociedad puede ser clasificada igualmente como bebedores o viciosos. Muchos estudios demuestran que el treinta y ocho por ciento aproximadamente de las jóvenes han experimentado el uso sexual antes de que lleguen a los dieciocho años de edad y por lo tanto igualmente existe un gran sin numero de embarazos no deseados y de abortos.

¿Cuándo se casa uno realmente?

Celi Ribeiro da Silva era empleada del Registro Civil de la ciudad de Recife en el Brasil. Ella había hallado una manera bastante fácil de ganar más dinero. Simplemente, cada vez que venía alguna pareja para casarse, Celi Ribeiro les cobraba la tasa correspondiente, pero no anotaba el documento en los libros.

Las parejas se iban felices a comenzar su vida matrimonial, pero la verdad era que no estaban legalmente casadas. Celi cometió esta estafa por espacio de tres años, hasta que al fin fue descubierta. En ese lapso de tiempo pasaron más de seiscientas parejas por las oficinas del Registro Civil que hicieron juramento y firmaron papeles, pero cada persona salió de allí tan soltera como cuando entró.

Una vez que las autoridades descubrieron el fraude, comenzaron a llamar a las parejas para que se presentaran y se casaran de nuevo.
Este incidente plantea de nuevo el problema de los casamientos. Muchos preguntan: «¿Cuál matrimonio vale más: el civil o el religioso? ¿Cómo debemos casarnos para quedar bien casados: sólo por la iglesia, o sólo por lo civil, o por ambos?»

Entonces, ¿cuándo se casa realmente una pareja? ¿Es cuando lo hace conforme Dios ordena y bendice? ¿O será como en el caso del que dijo: «Yo me casé con mi esposa desde el primer día en que la vi, porque me enamoré de ella al instante y decidí mantenerme fiel a ella desde ese mismo momento»?

El hombre de buenos sentimientos e integridad moral, que teme a Dios y busca hacer su voluntad, que honra a la mujer amada y desea formar con ella una familia con honor, se «casa» desde el primer momento en que brota de su corazón el amor y decide que esa es la mujer que Dios le ha dado. Porque el verdadero matrimonio se realiza cuando el hombre y la mujer se casan en el temor de Dios y en perfecto, puro y recíproco amor.
Es importante que se acaten los reglamentos religiosos y las leyes civiles. Pero donde no existen amor puro y fidelidad conyugal, aquello no es más que un contrato. El matrimonio puede ser la experiencia más preciosa de la vida si Cristo es de veras la cabeza del hogar.

Por el Hermano Pablo

LA ESPERANZA DE RESTAURACIÓN

Definitivamente nosotros debemos estar convencidos de que la familia es un ente muy importante y que el enemigo lo sabe muy bien por lo que tiene en frente preparado para atacar de muchas formas al núcleo familiar. Primero va a atacar con ignorancia a aquellos que desean llegar a casarse, con el propósito de desorientarlos y no sepan que decisiones tomar para entonces conformarlos a las ideas del mundo, llevando ese matrimonio al fracaso. Pero no solo va a trabajar en los matrimonios en cierne, también en aquellos ya formados, que tal vez hasta ya han sido deformados por el mundo con sus ideas.Cuando estos matrimonios llegan al Señor, tienen problemas muy serios para enderezar todo lo que hicieron con anterioridad. Tal vez como aquella persona que, buscando ayuda, visito a psicólogos, alcohólicos anónimos, consejeros, etc. buscando la salida a sus problemas, pero estos no acabaron. Ahora, al llegar a Cristo cree que en un abrir y cerrar de ojos se van a solucionar tristemente no es así.De la misma manera en la que se descomponen las cosas, y de la misma manera en que se siembran y cuidan las cosas malas para finalmente cosechar eso: cosas malas, así mismo la restauración lleva un proceso. Dios le da tiempo al tiempo y quiere solucionar las cosas según su criterio y no el nuestro.El tiene un propósito para nuestras vidas en todas las cosas que nos suceden, no son despropósitos sino que en ese proceso nos desea cambiar. A veces le toca tratar caracteres duros que necesitan más fuego en el horno para luego moldearlos.Tal vez tu hogar no inicio con todas las de la ley, pero en el proceso de restauración de Dios puede ser transformado.

Ahora, imaginémonos que probabilidad de éxito le daría a una persona que se casa con una ramera? Ninguna. Pues la Biblia nos relata el caso de una ramera que fue la única que logro rescatar su casa de toda la ciudad donde vivía. Su nombre: Raab.

Ella vivía en Jericó, una ciudad maldita y ella era maldita dentro de los malditos. Era una mujer que vivía en la periferia de la ciudad, despreciada, desechada por su familia y tal vez la necesidad que tenia en su corazón hacia que su esperanza de cambiar muriera.Resulta que Raab había escuchado acerca de las maravillas que el Dios de los Israelitas había hecho con estos. Ella en lo profundo de su corazón anhelaba cambiar, y con esa esperanza compraba lino para vestirse con santidad.

Cuando recibió a aquellos dos varones israelitas en paz, y los escondió en la terraza de su casa, arriesgo su vida. Pero con este acto hizo que su esperanza, ya crecida, se convirtiera en fe.

Tu hogar en lo primero que debe ser fundamentado es en la esperanza, porque la esperanza no avergüenza. Después con la fe, porque vemos en Hebreos 11 que "por la fe Raab la ramera se salvo de la destrucción por haber recibido a los mensajeros en paz".

Después de la fe, con amor, porque en Mateo vemos que Raab esta metida en la genealogía del Señor Jesucristo. Y aquí hablamos de hogares que Dios agarro de la pocilga y que levanto hasta que llegaron a ser parte de la bendita ascendencia del Señor.

Así es que hay esperanza para los hogares que se iniciaron mal. No te avergüences si tienes la esperanza de que algún día tu hogar va a ser restaurado. Tal vez tienes hijos rebeldes, pero reten la esperanza, pues El puede transformar los desiertos en tierra fértil, los lugares que no tienen ciudades en lugares habitables, los sequedales en manantiales de agua. Si una persona tiene cáncer y Dios no le ha dicho que lo va a sanar, esa persona puede tener esperanza, el anhelo en su corazón de que será sanada. Cuando Dios le hable, entonces va a tener fe, pues esta es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Que no se acabe la esperanza en tu casa, pues Dios va a hacer la obra. Raab les había hecho jurar a los dos espías que no la mataran a ella ni a su familia. El problema era como iba a hacer para meter a su familia a su casa, pues esta era un lupanar. Lo que tuvo que hacer era acabar con su negocio y con su vida anterior.

Cuando la familia vio el cambio en su manera de vivir, le creyeron y estuvieron bajo la cobertura de Raab, ya no la ramera, sino la restaurada. La esperanza que Raab había anidado en su corazón se convirtió en fe y este cambio fue notorio e hizo salvar a los de su casa de la destrucción que vino sobre la ciudad maldita de Jericó.
Ahora veamos el fruto que dio este cambio de vida en Raab. En Mateo 1:45 se habla de las genealogías de donde vino nuestro Señor Jesucristo y dice: "…Salmón engendro de Raab a Booz…..".

Resulta que Booz era hijo de Raab y era el mejor hombre de Israel, que se caso con una mujer, que venia de una tierra de maldición: Moab. Booz es figura de Cristo que se casa con la moabita, nosotros. El no la desprecio porque sabía de donde lo habían sacado a el: del lodo, del muladar. Sabe por que fracasan muchos matrimonios? Porque la gente se las lleva de "fustán con picos" y por ser tan exigentes, se quedan con lo peor. Lo que deberían hacer es ir delante del Señor, ver la misericordia de Dios sobre sus vidas y ver en el cónyuge, que tal vez no llena las cualidades económicas, sociales o intelectuales (que seria lo optimo), si es temeroso (a) de Dios.Booz, cuya madre era Raab, vio en Ruth a una mujer temerosa de Dios, que ayudaba a su suegra y hallo gracia en sus ojos.

Lo importante no es tanto saber de donde nos saco el Señor a nosotros, sino que El nos levanta por su amor y misericordia. Lo que importa en la restauración del hogar es que tengamos esperanza, que tengamos fe y que nos enamoremos del Señor.

"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor; estos tres, pero el mayor de ellos es el amor". No puede haber hogar sin amor, pero no puede haber amor sin fe y fe sin esperanza.

No pierdas la esperanza en tu casa. Si Dios restauro a Raab, que no va a hacer contigo? A ella se le cumplió la promesa que dice: "cree en el Señor Jesús y será salvo tu y toda tu casa". Tu ya estas en el camino de la restauración, no te desesperes, solo trata de tener el listón rojo y de cambiar tu forma de ser e invitar a los tuyos, pues cuando menos sientas van a estar metidos en el fluir maravilloso del evangelio. El hijo por el que lloras, el esposo por el que gimes, la esposa por la que clamas, va a llegar a los pies del Señor por su promesa maravillosa, pues para El nada hay imposible.

HOGAR, AMARGO HOGAR

El apartamento era pequeño. Constaba de dos cuartos, un baño, un comedor y una cocina. La cuota mensual del arriendo era baja, pues estaba ubicado en una zona popular de Nueva York. Aunque pequeño y humilde, eso no impidió que en él se colocara el tradicional cartelito que se pone en tantas casas y que dice: «Hogar, dulce hogar».

Lamentablemente, el cartel que debía habérsele colocado a ese apartamento era todo lo contrario: «Hogar, amargo hogar». Porque la familia que habitaba allí, compuesta por Herman McMillan, de cuarenta y dos años, su esposa Frances, de treinta y cuatro, y sus nueve hijos, de uno a dieciséis años de edad, vivía de una manera deplorable. En ese hogar los padres maltrataban física y sexualmente a sus hijos. La policía que investigó el caso describió a la familia como «una llaga de la gran ciudad».

A menudo se oye decir que el hogar es el cielo en la tierra, que no hay mayor felicidad que la que se puede hallar entre las cuatro paredes del nido familiar, que todas las penas de la calle se dejan cuando uno traspasa el umbral de ese lugar querido. Y todo eso es cierto, hermosamente cierto. Hay muchísimos casos de familias unidas, cariñosas y amables que, aunque pobres, saben ser felices con lo poco que tienen. En esos hogares sí que se puede aplicar el dicho: «Hogar, dulce hogar».

Pero hay otros hogares en que no cabe ese dicho, como el de los McMillan. En lugar de un cielo, es un infierno. En vez de reinar la paz, reina la violencia. En vez de vivir en armonía, se vive en discordia. En lugar de recibir amor y cariño, los hijos reciben brutales palizas. Y lo que es peor, los padres, en lugar de respetar de un modo sano y maduro a sus hijos, los maltratan sexualmente: el padre, a sus hijas; y la madre, a sus hijos.

¿A qué le podemos atribuir la culpa de semejante atrocidad? A dos vicios mortales que entraron a aquella casa: el alcohol y la cocaína. Cuando esos dos males terribles se posesionan de un hogar, lo degradan, lo envilecen y lo descomponen.

Los hijos del matrimonio McMillan recordarán siempre, con angustia, con horror y con rabia, el hogar frío que les dieron sus padres, y llevarán el resto de la vida el estigma del abuso deshonesto y la marca de la degradación. No dejemos nunca que entren a nuestra casa ni el alcohol ni la droga, ni los introduzcamos jamás en nuestro organismo. Considerémoslos nuestros mayores enemigos. Aborrezcámoslos y combatámoslos. Jesucristo desea ayudarnos, entrando Él, más bien, a nuestro corazón. Él no sólo tiene el poder para vencer esos enemigos, sino también un profundo interés en nuestro bienestar personal. Démosle entrada a nuestra vida antes que sea demasiado tarde.